Crimen poético...

¿Qué escondía en su cuello?
Entre su platería y perlas,
O entre sus labios carnosos,
Colores y brillos labiales,
O entre su cuerpo hermoso,
Que nunca fue mío..


Fue un día en que los sentimientos,
Se marcharon a un no sé donde,
Entre sus infidelidades y adulterio,
Sus lágrimas habituales y falsas,
Los ocasos en su rostro mismo,
Decidí lo que decidiera.

La amaba, más no soportaba más,
Ver como sus misterios,
Eran desnudados por todos,
Por todos, menos por uno solo,
Ese quien la amaba con pasión,
Ese que la adoraba con devoción.

Fue una noche de vals clásico,
El tocadiscos y la fina melodía,
Me enternecieron por un instante,
Solo un instante y lo aclaro,
El resto de cada segundo era ella,
Contemplé hasta su meñique.


No había mejor sensación,
Que su cabeza sobre mi hombro,
Y la desnudez que su vestido negro,
Dibujaba entre su bella espalda,
Y mi funesta mirada,
Que contemplaron cada detalle,


Me entusiasma decir algo,
Fueron mis manos las privilegiadas,
Las últimas que tocaron,
Talvez la maravilla andante,
Era hora de que la contemplaran,
Inmóvil y sin aliento.


Sus manos tocaron mi barbilla,
Hasta bajar al cuello de mi camisa,
Sacó mi corbata rosa sin problemas,
Sus labios besaron mi cuello,
La desesperación de poseerme,
Solo esta vez se apoderó de ella.


Era impredecible, mucho,
Y eso ahora es culpa y deleite,
De no haber sido así,
Habría caído yo también,
En el castigo de tenerla aún,
En el castigo de amarla más.


Sus pasos la llevaron hasta el piano,
Sonaron sus notas mentirosas,
No era habilidosa haciendo eso,
Pero mintió y lo simuló muy bien,
Las melodías parecían habilidosas,
Enfriaron el ambiente totalmente.


Ahí encontré el momento de descubrir,
La cuchilla junto al fino pañuelo,
Me acerqué a su silueta asentada,
Besé por última vez su cuello,
Quiso jugar una vez más creo,
Pero volteó y yo cerré los ojos.


Imaginar sus ojos verdes con terror,
Es magníficamente una perdición,
Por suerte yo cerré los ojos,
Y con lentitud vertí la sangre,
En aquella situación que segundos después,
Se convirtió en un… Crimen poético.