La chica que amé...

La ráfaga se la llevó un día,
Centellante aquella tarde,
Mientras en mis ojos,
Lágrimas que murieron,
Antes de haber brotado.


No es una triste historia,
Más que eso; debo decir,
Que su fugaz paso,
Me hizo fuerte,
No entre lágrimas,
Pues nunca lloré.


Cuando la noche llegó,
Había gente en mi soledad,
La impotencia,
Ganas de gritar,
Jamás cristalizaron.


Jamás dije nada como ahora,
Yo soñé con ella,
Ilusioné un universo,
Sobrepasé océanos,
Ella fue la chica que amé.


En una mañana infinita,
Sus labios besaron los míos,
Mis manos en su cintura,
Acercaron nuestros corazones,
Lentas palpitadas de amor.


Reí con ella,
Y le conté mis tristezas,
Dijo cosas ilógicas,
Que ahora tienen sentido,
Un gran sentido.


Viví un jardín de hierbas,
Sembré flores para ella,
Las regué y traje al sol,
Las entregué al paisaje,
Pero nunca a ella.


Ella es la chica que amé,
Bella y con principios,
Llena de sonrisas y felicidad,
Es ella,
La que nunca me amó.